En el transcurso de mi corta vida (24 años) he visto gente que gana mucho dinero pero que tienen que hacer malavares para que les rinda, y otros que ganan poco pero que son estables económicamente; un día mi hermano mayor me dio el secreto :"Lo importante no es lo que ganamos, sino como los gastamos" L. P.A
Hoy queremos dejar unos tips, que nos han ayudado a vivir ECONÓMICAMENTE FELICES;estos tips están basados en un discurso del Elder Robert D. Hales y un articulo del Pdte. Spencer W. Kimball. Aquí están:
1. Ser pagadores del diezmo
En nuestro poco tiempo de matrimonio como los OP hemos aprendido que cuando uno paga el diezmo antes de cualquier otro gasto, es como si entregáramos las finanzas de nuestro hogar a Dios, pues es increíble la manera en que se suma y se multiplica el dinero, además de otras bendiciones temporales y espirituales que siempre tenemos presentes pero que con frecuencia no las notamos.
El Elder Hales dice que : La base de un vivir providente es la ley del diezmo. El propósito fundamental de esta ley es ayudarnos a desarrollar la fe en nuestro Padre Celestial y en Su Hijo Jesucristo. El diezmo nos ayuda a superar nuestros deseos por las cosas de este mundo y voluntariamente hacemos sacrificios por los demás. El diezmo es la gran ley equitativa, ya que no importa cuán ricos o pobres seamos, todos pagamos la misma décima parte de nuestro interés anualmente y todos recibimos bendiciones tan grandes “hasta que sobreabunden”.
2. El vivir alegremente dentro de nuestras posibilidades, estar contentos con lo que tenemos
El Pdte Kimbal nos enseño :Hagan planes y trabajen de una forma que les permita ser felices aun cuando tengan que privarse de ciertas cosas que podrían haber tenido en mejores circunstancias económicas. Vivan dentro de sus ingresos y no gasten más de lo que tengan… Compren sabia y prudentemente los artículos indispensables y esfuércense por ahorrar una parte de lo que ganen. No confundan las muchas cosas que deseen tener con lo que necesiten.
Al enfrentar la decisión de comprar, consumir o participar de cosas y actividades mundanas, todos debemos aprender a decirnos unos a otros: “¡No tenemos dinero para comprarlo, aunque lo queramos!” o, “¡Podemos comprarlo, pero no lo necesitamos, y en realidad, ni siquiera lo queremos!”.
A algunos nos da vergüenza, pena o nos sentimos inferiores si nuestra familia no tiene todo lo que nuestros vecinos tienen; como consecuencia, nos endeudamos para comprar artículos que no están a nuestro alcance, y cosas que en verdad no necesitamos. Al hacer eso, llegamos a ser pobres temporal y espiritualmente. dice el Elder Hales.
3. Evitar la deuda excesiva
‘Salgan de las deudas y manténganse libres de ellas’
Eviten las deudas… Actualmente todo parece conducirnos hacia las deudas. “Acepte esta tarjeta y compre todo a crédito” es el atractivo con que los incitan. Pero la verdad es que no lo necesitamos para vivir. Pdte Kimball
Nos deshacemos de una porción de nuestro valioso y preciado albedrío y nos colocamos en una servidumbre que nosotros mismos nos hemos impuesto. El dinero que podríamos haber utilizado para atendernos a nosotros mismos y a los demás ahora debe emplearse para pagar nuestras deudas. Lo que sobra por lo general es sólo lo suficiente para cubrir nuestras necesidades físicas más básicas. Al vivir en ese nivel de subsistencia nos deprimimos, disminuye nuestra autoestima y se debilita la relación que tenemos con familiares, amigos, vecinos y el Señor. No disponemos de tiempo, energía ni interés para procurar las cosas espirituales. Elder Hales
4. Ahorrar con diligencia y prepararnos para emergencias imprevistas.
¿Están ustedes preparados y protegidos en caso de muerte o de una enfermedad, una enfermedad prolongada y debilitante del jefe de familia? ¿Cuánto tiempo podrían mantenerse sin ingresos? ¿Qué tienen en reserva? ¿Durante cuánto tiempo podrían seguir pagando la vivienda y las cuotas de las cuentas que tengan?...
La primera reacción a esas preguntas es: “No podríamos hacerlo; apenas nos alcanza utilizando hasta el último céntimo de los ingresos mensuales…” Si apenas se mantienen cuando están ganando un salario que va en aumento, con un buen empleo, con buena salud, productivos, jóvenes, ¿cómo podrían entonces afrontar emergencias si les faltara trabajo, tuvieran una enfermedad o se les presentara cualquier otro problema imprevisto?
No deben gastarse todo lo que ganen. Es preciso que ahorren dinero para las misiones y los estudios de sus hijos; ellos mismos pueden asumir algunas responsabilidades y conseguir pequeños trabajos con los que también contribuyan a aumentar esos fondos y, en lugar de gastar lo que acumulen, ahorrarlo para esos
importantes objetivos. Tal vez sea que los padres de hoy deban pasarse sin muchas de las cosas que querrían tener, pero en el mañana obtendrán la cosecha.
Otra manera importante de ayudar a nuestros hijos a aprender a ser proveedores providentes es al establecer un presupuesto familiar. En las reuniones de consejo familiar debemos repasar con regularidad nuestro “plan familiar de ingresos, ahorros y gastos”. Eso enseñará a nuestros hijos a reconocer la diferencia que existe entre los deseos y las necesidades y el planear de antemano el uso sensato de los recursos familiares.
La invitación es que podamos ser sabios en manejo del dinero al seguir estos sencillos tips, y que se nos pueda recordar en un futuro como se les recuerda a los Kimball,: Cuando eran una pareja joven, Spencer W. Kimball y su esposa, Camilla, “sabían que no eran ricos; pero tenían trabajo y capacidad, y sabían cómo administrar su dinero, viviendo dentro de sus medios y ahorrando para el futuro”
Aquì está el discurso del Elder Hales completo http://www.lds.org/general-conference/2009/04/becoming-provident-providers-temporally-and-spiritually?lang=spa
Y aquí el articulo del Pdte Kimball http://www.lds.org/languages/teachingspresidents/skimball/TeachingsOfPresidentsOfTheChurch_SpencerWKimball_36500_spa.pdf
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