Y siguiendo con este tema de la maternidad, porque como se dice " Lo sé, lo vivo y me encanta"; escuche hace poco un discurso del Elder Ballard y en este post quiero compartirles algunos apartes, espero lo disfruten así como lo hice yo.
Lo que me encanto de este discurso en particular, son las preguntas tan especificas que el Elder Ballard nos hace a las madres, y como él mismo se encarga de contestarlas tan sabiamente. Él hace cuatro preguntas, pero yo quiero enfocarme solo en la primera. y más que en la pregunta en las respuestas, porque me cayeron como "anillo al dedo", son unos consejos prácticos y sencillos que nos fortalecen y ayudan para seguirnos desempeñando de la manera correcta en esta hermosa función de ser madres, sin dejar de lado lo más importante : nosotras mismas.
Y bueno, primero les comparto el halago que el Elder nos hace: :3 ¡Que honor!
"En la Iglesia tenemos enorme respeto y gratitud hacia ustedes, las madres de niños pequeños. Queremos que sean felices y que tengan éxito con su familia, y que reciban la estima y el apoyo que necesitan y merecen."
Ahora si, esta es la pregunta:
¿Qué pueden hacer ustedes, como madres jóvenes, para reducir la presión y disfrutar más de su familia?
-Y quien no se ha hecho esa pregunta, pienso que es algo que nos preguntamos a diario, con la rutina de los días y el paso de las semanas, el tener todo a tiempo, el agotamiento físico, el querer aunque sea un respiro (y eso que solo tengo 1 hijo, por ahora jejejeje)... ¿Como bajarle al estrés y disfrutar más?-
He aquí los consejos ;)
(lo resaltado en colores fue lo que más me gusto)
Primero, reconozcan que el gozo de la maternidad viene en ciertos momentos. Habrá períodos difíciles y períodos frustrantes; pero en medio de los problemas, hay luminosos momentos de gozo y satisfacción. La autora Anna Quindlen nos recuerda que no debemos apresurarnos al vivir esos momentos fugaces. Ella dijo: “El error más grande que cometí [como madre] es el que la mayoría de nosotros cometemos… No viví bastante en el momento. Eso es particularmente claro para mí ahora que el momento se ha ido y ha quedado captado solamente en fotografías. Hay una foto de mis tres hijos, de uno, cuatro y seis años, sentados en el césped sobre una manta a la sombra de unos columpios en un día de verano. Desearía poder recordar lo que comimos, lo que hablamos, las voces y el aspecto que tenían cuando se durmieron esa noche; desearía no haber estado tan apurada por pasar a lo siguiente: la cena, el baño, el libro y la cama. Desearía haber atesorado un poco más el hecho y un poco menos el afán de hacerlo” (Loud and Clear, 2004, págs. 10–11).
Segundo, no se excedan al programar sus días para ustedes ni para sus hijos. Vivimos en un mundo lleno de opciones; si no tenemos cuidado, cada minuto estará repleto de eventos sociales, clases, ejercicios, clubes de libros, álbumes de recortes, llamamientos de la Iglesia, música, deportes, internet y programas favoritos de televisión. Una madre me dijo que en una época sus hijos tenían 29 compromisos programados por semana: lecciones de música, scouts, baile, béisbol, campamentos diurnos, fútbol, arte, etc.; ella se sentía como conductor de taxi. Al fin, convocó a una reunión de familia y anunció: “Hay que dejar algo de lado; no tenemos tiempo para nosotros, ni para dedicarlo los unos a los otros”. Las familias necesitan tiempo libre en el que se profundicen las relaciones y en el que los padres puedan actuar como tales. Dense tiempo para escuchar, reír y jugar juntos.
Tercero, al mismo tiempo que traten de poner fin al exceso de actividades, hermanas, tomen tiempo para dedicarse a ustedes mismas, para cultivar sus dones e intereses. Elijan una o dos cosas que les gustaría aprender o hacer, algo que mejore su vida, y háganse tiempo para hacerlas. No se puede sacar agua de un pozo vacío, y si no apartan unos momentos para renovarse, tendrán cada vez menos para dar a los demás, incluso a sus hijos. Eviten el abuso de cualquier tipo de substancia pensando erróneamente que les ayudará a lograr más; y no se permitan la pérdida de tiempo en cosas que adormecen la mente como mirar telenovelas o navegar en internet. Vuélvanse al Señor con fe, y sabrán lo que deben hacer y cómo hacerlo.
-Este consejo, personalmente, fue el que más me gusto, porque a veces en nuestro afán de ser las mejores esposas y madres, damos tanto a los demás que nos olvidamos por completo de nosotras mismas, y cuando ya nos damos cuenta nos encontramos encerradas en un rutina diaria que nos absorbe por completo pero que al mismo tiempo no nos regala nada a nosotras como mujeres, lo digo porque personalmente me ocurrio :S.... pero por suerte cada día puede y debe ser diferente, y eso lo podemos cambiar ;D, aquí les comparto una lista de las cosas que yo hice, hago o espero aprender hacer PARA MÍ!!! :D-
- Estar siempre lindas, este articulo me sirvió mucho "maquillaje súper rápido"
- Leer un libro : Actualmente leo "El olvido que seremos" esta muy bueno.
- Escribir lo que quieran, a mi me gusta tener al día el diario familiar ;).
- Hacer manualidades... Pinterest es una excelente ayuda para encontrar cantidad de manualidades fáciles y útiles para hacer desde casa.
- Salir un rato a caminar...
Estas son algunas de las que yo hago ....Lo importantes es que hagamos lo que hagamos siempre tengamos en cuenta que : "si no apartan unos momentos para renovarse, tendrán cada vez menos para dar a los demás, incluso a sus hijos."
Me encanto este mensaje , gracias por siempre ayudarnos a recordar y afianzar nuestro sagrado llamamiento de ser Madres en Sion.
ResponderEliminarAtt. Karen Alvarado
Gracias a ti, por ser uno ejemplo de madre a seguir!! :D.. Tú sabes que este tema me encanta ;) ..Saludos a tus chiquitines, abrazos para ti.
Eliminar